Antes de comenzar el viaje conviene conocer algunos datos de interés sobre Pekín, una ciudad de contrastes, donde podremos observar desde tradiciones milenarias hasta los más destacados avances de la sociedad moderna.
Pekín tiene ocho barrios dentro de su perímetro urbano, y otros ocho que están ubicados a las afueras de la ciudad, a los que se considera ciudades satélite o dormitorio. Los ocho distritos urbanos son los siguientes: Dongcheng, Xicheng, Chongwen, Xuanwu, Haidian, Fengtai y Shijingshan.
Llegar en avión a Pekín es la fórmula más rápida para acceder a la ciudad desde cualquier punto de China o del extranjero. El aeropuerto de Pekín, denominado Capital International Airport, está situado a unos 30 kilómetros al noreste de la ciudad. Es un aeropuerto moderno, que recibe multitud de vuelos internacionales, si bien ha comenzado a quedarse pequeño por el gran volumen de pasajeros que recibe.
Llegar en tren a Pekín es más lento que hacerlo en avión, pero constituye una experiencia inolvidable para amantes de los medios de transporte más tradicionales y un contacto directo con la población local.
Llegar por carretera a Pekín entraña bastante dificultad para una persona extranjera, ya que para conducir en el país se necesita un permiso de conducir chino que, por otra parte, no se puede obtener con un visado turístico. Sólo los extranjeros con permiso de residencia pueden solicitar un permiso de conducir chino, pero entraña un largo proceso burocrático que, en muchas ocasiones, ni siquiera merece la pena.
Existen múltiples medios de transporte que pueden ser utilizados en Pekín, desde el autobús o el metro, hasta la bicicleta, pasando por la motocicleta, el coche o el taxi. Dadas las dimensiones de la ciudad, lo más recomendable para los turistas extranjeros es el metro.